El 28 de octubre de 2015 fue el día escogido. Desde los
alumnos hasta los miembros de la Comunidad hicieron una parada en la ajetreada
jornada escolar para recordar a aquellos jóvenes sacerdotes, entre los que se
encontraba Marcelino, que subieron cientos de escalones con el fin de visitar a
Nuestra Señora en el Santuario de Fourvière, en Lyon. Allí, bajo su imagen,
hicieron la firme promesa de constituir la Sociedad de María ya que se sentían
llamados a vivir y enseñar el evangelio a la manera de nuestra Buena Madre.
El acto comenzó con el tradicional hermanamiento entre
clases: los alumnos de los cursos superiores acudieron a las aulas de los más
pequeños para unirse como una gran familia y acudir juntos al polideportivo.
Allí les esperaba una imagen de la Buena Madre bajo la que depositaron unas
preciosas flores de papel en la que cada uno había escrito su pequeña ofrenda a
María; este pequeño gesto, desde la sencillez de la flor hasta la humildad de
su ofrenda, representan sin duda los valores que Marcelino veía en nuestra
Buena Madre.
Finalmente, ya desde las gradas, se pronunciaron unas breves
palabras recordando la promesa de aquellos jóvenes e ilusionados sacerdotes, y
todos juntos cerramos el acto cantando la preciosa canción que titula nuestro
lema anual: “Contigo, lo nuevo”.